LUCRECIA COSCIO (Argentina)

I

Puedo ser
la piel de una campana
y hasta puede que la Parca,
sea mi amiga
Es que ataron mis brazos, a la altura de la tibia.
Que lo mismo da la nada
que la vida.

Hey hermano
si escapas,
cruza al otro lado
que puede
ser un péndulo
tu cuerpo.
Hey, cruza al otro lado;
La encontrarás dormida,
debajo de un sauce,
a la orilla de la médula.
Háblale al oído
dile que la espero
que despierte antes, que mis pesadillas
que me tape la boca con sus besos
que me asfixie mordiéndome los labios
que se beba mis palabras, antes de que logren arrancarlas
que puede ser un péndulo mi cuerpo
que no lo dude
que la espero


II

A la oquedad del balde
escurriremos
lágrimas ovales
y pagaremos
el óbolo
con nuestros óvulos
(y las cabelleras de nuestras hijas)
entre los escombros
hundiéndonos en las bocazas
de los salitres

una Menina
caminando
huyendo
conmigo en brazos,
por un sueño
la he visto pasar


III

Menina
(Plagiando a Hera por Abrapampa)

Vienestando estasviendo
estancandomesticando
vienes royendo prójimos
mientras les das la
paz
Alcabala, alcabalero
abalorio de sueños muertos
alcabala, alcabalero
me entregaste al abastero


IV

(La Sala de la Peste)
hilando cuentas de goteras,
durante la noche,
niebla el áureo rostro
de mi primera escuela.
Sube el frío por las zapatillas blancas,
y las medias tres cuartos
por las blancas tablas
del invierno

Sentada al borde de los acantilados
destejiendo tu regreso….
siquiera la penumbra
de luz impaga,
la ristra de culpas,
el clon de mi angustia
sonriendo
Hasta la ternura
del orfelinato de los sueños
meciendo cunas vacías,
sin quejas, ni llanto
ni descanso


V

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave... Vallejo C.


Qué se desplomen los portones,
del Palacio
y se esfumen los postigos,
hilando crujidos de maderas viejas

Qué aleteen los techos hacia el cielo
y enciendan fogatas gigantescas,
qué se escondan los niños
que se refugien los viejos de la gran siesta
y este ardor que termina por
comerse mis costillas
Qué deje de temblar Venus,
entre las pestañas

Qué estalle la caldera
en nombre de orden
no sé...
¿ Señor que duermes ?

Si esta noche no comemos….
Danos algo de creer

Qué se desplomen los portones
del Palacio
y se esfumen los postigos,
hilando crujidos de maderas viejas….

Qué aleteen los techos hacia el cielo
y enciendan fogatas gigantescas


VI

...Una boca menos en la tierra ,
en el cielo un ángel más. Galeano E.

Beberemos
de la copa de la certeza.
estacados al estómago
de Aquiles
¿Si nos ahogáramos?
De tanta vereda
de cartón corrugado
entre Teatro y Teatro

Asediando los portones
de la ciudad del silencio,
detrás de los ángeles de las navidades,
las gárgolas de las madrugadas.
Nuestros hermanos, nuestras madres,
nuestros hijos
Nosotros
escarbando
los tachitos del calma

1 comentario:

  1. Querida Borgia.
    Y quien no quiera entender, que no entienda, verdad. Es lo que hace sentir tus poemas. La fe, la esperanza, el amor, ¿sin pan en la mesa?

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