GLORIA DÁVILA ESPINOSA (Perú)

VUELCOS

Hay un vuelco sin fin,
amando sus instantes
que no me tiene sino
rondando sus esquinas
que va tras mis pies y
me arranca el corazón con sus garras
que son infinitas penumbras
que trasvasan mi alma en llagas
repleta de espinas y abismos negros en su polvo
filtrando en mi esencia desde antiguo
sulfuro y magma de soledades.

Hay una lluvia sin fin, que corre por mis fauces
cual saeta de ácidas hieles para mi éter
fragmentándola en una y cien mil
anquilosando mi dolor en alforjas de pieles curtidas de tu ausencia
que vienen y van, que llevan entre sus lanzas
miradas llagadas que son siglos de quebranto
que hace toda una eternidad golpeteo sin fin.

Hay un sentimiento anacoreta que agolpa mi vivir
alejándome de su sol y lejos de ser pájaro
soy sólo herida abierta en caños ancianos
y perdiéndome en el confín
me entrega a la locura de ser dagas filosas
que entre uno y mil se ha convertido mar en llantos
que persiguen mis huellas carcomidas por el viento áspero
pesadillas de ácidos lechosos
que supuran vuelcos de espinas para mi espanto.

Hay un vuelco sin fin
que no sabe si es mi aorta
mi calada forma de pigmentos rotos
sufriendo lo indecible
porque mi mar no es más mi roca
porque mi roca no es mi llanto
y mi llanto no es más mío sino del fuego
que aquilata mi pesar
para ser pared de rostros curtidos
por el olvido fractal.

Hay un vuelco sin fin
que hoy me dice adiós
y luego me besa
en la frente
signándome al exilio
de su luz
que gota a gota
me cercena el alma
para ser la nada de la nada.


A MIS PENÉLOPES

Aquellas que corren tras el pórtico
esperando pasos y caminos
besos y destinos
nombres y hombres
sonrisas y mieles
tejiendo su vida al
armazón del olvido.

A esas mujeres arañas
que entre ruecas
esgrimen penurias
escalan hieles
de sombras y
lunas llenas
a ésas…
que el destino le roba el tic tac
que el mar ha batido sus alas
y que el verde prado ha
sabido amalgamar sus madreselvas
de esperanzas todas.

A esas mis Penélopes que
saetas perfilan y entre tanto
su corazón late como roca
desoyendo el canto de sirenas
porque saben a musgo.

A ésas que entregan la piel lozana
aún a sabiendas que el tiempo curtiembre
hace de ellas para ver su morada
en la última escalinata de la existencia y
a pesar de todo y de nada
aman hasta el calvario.


AGUA ESPEJO

pupilas en rostros hielos
sombras en danza y duelo
venganza consumada
golpeando hasta el hastío
no soy vallejo a voces
y en aguas y espejos
asida al viento voy
una y otra vez
consumida en fuegos
elevando cenizas
grilletes en pies
ausente luz en caminos;
daga hiriendo en mi aorta por eterno.

hoy la encuentro por vez nona
quieta, límpida, vacía
arriba a su puerto
batiendo sus alas añejas
ésta herida mía en rocas pétreas
estacionó sus pasos
no es blanca algodonera en mano
ni historia en eco de párvulos
ni zurciendo arrojo camina
son rostros fieros en surcos
tañido de campanas al viento anacoreta
pidiendo su piel en vida.
Tingo María, 10 de abril 2009


EN TU BOCA

En tu boca de ostra
en donde fluye el arco iris
jadeante de ecos
en esa misma boca tuya
en el que se anidan hechizos
para ser siluetas de una mirada
sentimientos en sepias.

En tu boca de enjambre
circuncidada por la polvareda del recuerdo
de ser
ostia en mis noches confesadas
ante el lúgubre destierro de mis huesos
en donde el nácar de tus ojos
es una pequeña escotilla
abriendo caminos a mis pasos.

En tu boca de campanario
a donde concurre un pueblo en cuclillas
en vísperas de helechos en brotes
en silencios esculpiendo pirámides y armaduras
en esa boca tuya que espejos rojos ha zurcido.

En tu boca pintada en nudos de soles
de pájaros en cristales
tintura de caracolas
estilógrafo de piedras y mujeres
y hombres
y niños
y lechos
y abismos
en esa tu boca que
no sabe de espantos
ni destinos ni muertes.
La Habana, Cuba 15 de febrero 2007.
Del Libro inédito: Siluetas en la Habana


ECOS Y ESPEJOS QUE HIEREN MI ALMA

En esa mar bravía
cual sentencia viva mi olvido se diluye
y de tiernas gotas de lluvia al compás
mis desvelos se suman
y aunque hoy dispersos existan
para tu vida y la mía mis sueños
que fríos ríos no serán más
y sin quererlo, y abolida por arenas en relojes
te seguiré errante
y quizás, te pregunte al oído…
¿Dime, por qué no me amas como yo a tu guillotina noche?

Livianos días míos
no son más tibios soles
aunque recorras
en gotas sumadas
a esa mar que es tu vida
en tanto tus labios
a los míos le roban
el color del herido laberinto
que del eco resuena
para ser crepúsculo de tu amor en caída.


MÁSCARA TRAS UN ESPEJO

Se suma una curva con el tiempo
los años son ruego en ciempiés
y sus pliegues tras un signo blanco de sombras
pide oquedades en torrentes
gira un arlequín
un remolino en el vientre se abre
un ciclón en sus ocasos supura
escoge a su herida luz
aquella la que quiere desandar
y a ruegos pide su final por eterno
roooooooooooooooooogggggg
es la voz de la tierra
es el grito ancestral
que abre sus fauces en un volcán
devora a su paso los blancos asbestos
de un elefante con rostro de mono
ha vuelto a tañer la campana
espirales del tiempo se suman
y aquellos pasos del mundo
con la nieve se pierden...
Entonces amainan mis suspiros
puscando* te espero en mi portal
con mi sombra a cuestas
pidiendo un adiós por eterno
Roooooooooooooooooggggggggggg
estalla una pampa
es trigal fiero
es cumbre en angustias
es sopor
y entre la mirada
de dos mujeres
que caminan
con cántaros en las manos
un azote
una efigie se incorpora
no es arte ni magia
es zumbido de moscas
entre el vitral de la noche.
Ayacucho, 23 de noviembre 2008
*puscando= escarmenar la lana


EN EL NOMBRE DE TU NOMBRE

Voy a secar la piel de tu alma
la fuente de tus ojos
que se inundan de tanto llanto
y para que el credo no te halle solitaria
y mientras borre las huellas de tu olvido
tu alma quedará pertrecha de amores
su mirada no será más vacuas lontananzas
más sola no estarás
porque el viento en su oleaje
habrá cernido esperanzas
para que entre el florido borde de la noche permanezcas
quieta y quizá trasteante
la orquesta callada blindada de alfiles vaya a tu lado
y al cavilar tus abriles seré sólo alfombras de tu mañana
recapitulando mis pasos con el tuyo para no sufrir el dolor
que por un caño anciano corre para ser
traspiés en sombreros
ahora que has anclado en el zaguán de
tiempos y nombres
y en el nombre de tu nombre
correré los cielos en busca de un dios que sepa que mis manos
son linderos y que el pecado no engendra sino
raicillas en mis pies que hasta el hartazgo a pedido
a todos los cielos…
ven noche y sepúltame a tus pies en el nombre de tu nombre
que es mi vida
Tingo María, 17 de junio de 2009.

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